jueves, 25 de noviembre de 2010

LAS TRES MARIPOSAS


En la novela La fiesta del Chivo de Mario Vargas Llosa un padre entrega a su hija al dictador Trujillo para que este haga lo que quiera con ella. Aunque a simple vista parece una anécdota literaria, lo cierto es que la República Dominicana se convirtió en una finca privada en la que el tirano hacía lo que deseaba durante los 31 años que duró su dictadura.

Una de las mujeres de las que quiso aprovecharse el dictador Trujillo se llamaba Minerva Mirabal, pero resultó ser un hueso demasiado duro de roer hasta para Trujillo. No sólo le rechazó sin contemplaciones, sino que además Minerva se convirtió en una de las incitadoras principales del movimiento 14 de junio, que sería el que acabase tanto con la dictadura como con la vida del general. Eso sí, antes de fenecer el régimen, se llevó por delante a miles de personas, entre ellas la propia Minerva y dos de sus hermanas, Patria y María Teresa.

La hija de Minerva, Minou Tavárez, era una niña pequeña en aquel fatídico 1960, pero aún así recuerda a su madre y sus tías. Cuenta que provenían de una familia acomodada, lo que les permitió incluso cursar estudios universitarios. Minerva estudió Derecho y fue durante la carrera cuando entró en contacto con miembros destacados de la oposición al dictador. Eso la llevó a estar ligada desde el principio al movimiento revolucionario de liberación, junto a otra mujer y doce hombres. Con el nombre de “Mariposa”, Minerva entró de lleno en la clandestinidad. Leandro Guzmán, esposo de María Teresa, recuerda hoy que Minerva no sólo se enfrentó a Trujillo, sino que llevó a la práctica su oposición, como principal gestora del Movimiento de Resistencia Interna. Minou estima que si Minerva no estuvo en la directiva del movimiento 14 de junio fue porque en aquella época, “y quizás ahora”, en la República Dominicana era inconcebible que una mujer dirigiera una agrupación política. Al final el honor recayó en el marido de Minerva y padre de Minou.

Tras varios encarcelamientos y después de desquiciar totalmente al dictador, este ordenó su asesinato el 25 de noviembre de 1960. Cuando Patria, Minerva y María Teresa regresaban de visitar a sus maridos encarcelados, fueron objeto de una emboscada por los esbirros del régimen. El hecho fue presentado como un “accidente”. Se supo más tarde que fueron muertas a garrotazos junto al chófer que las acompañaba y que luego sus cuerpos fueron colocados en el vehículo en que viajaban y precipitado al abismo.

Lo que no sabía Trujillo es que la sangre de las hermanas Minerva iba a ser el último acicate que hizo falta a los revolucionarios para acabar con su propia vida unos meses más tarde, en mayo de 1961. Y no sólo eso, sino que años más tarde, el movimiento feminista de América Latina iba a instaurar el 25 de de noviembre como Día de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Fecha que se convertiría en celebración universal con el beneplácito de la Asamblea General de las Naciones Unidas. También el obelisco que construyó el dictador para conmemorarse a sí mismo hoy en día está dedicado a las tres mujeres conocidas como Las Mariposas e incluso la provincia en la que vivían ha cambiado su nombre de Salcedo al de Hermanas Mirabal.





OJALÁ LA MUERTE DE TANTOS INOCENTES ALGÚN DÍA SIRVA PARA ALGO Y NO SEAN NECESARIOS TANTOS DÍAS DE...


FUENTE: ucm.es

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